Noventainueve

2020

Este proyecto retrata un periodo de tiempo de 99 días en los que estuvimos confinadas. Durante este tiempo, que en sí mismo se tornó extraño y lento, retraté el día a día de mi edificio. Las relaciones de cuidado y constancia cada vez se hacían más estrechas.


Las vecinas, el portero y, aunque fuera desde lejos, el saber, al ver por la ventana las luces de los edificios cercanos, que estábamos acompañadas. Con esta secuencia quiero abordar también, como las rutinas y los tiempos se fundieron en algo cíclico que, inesperadamente, aportaban tranquilidad.

Este es una enlace a un artículo que me dedicaron en el país sobre esta serie fotográfica y mi voluntariado en el edificio junto a Héctor, el portero.